La rodilla es una maravilla de la ingeniería del cuerpo humano. Nos sostiene, nos permite caminar, correr, agacharnos… y aunque parece fuerte, también tiene piezas delicadas que merecen atención.
Una de ellas es la bursa, una pequeña bolsa llena de líquido que actúa como un cojín para reducir la fricción entre huesos, tendones y músculos.
Cuando esta bursa se inflama, aparece la bursitis de rodilla —y créeme, esa pequeña bolsa puede hacerte sentir que tu rodilla pesa una tonelada.
📌 ¿Por qué ocurre?
La bursitis puede aparecer por:
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Movimientos repetitivos (por ejemplo, arrodillarse mucho en el trabajo o deporte).
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Golpes o caídas directas sobre la rodilla.
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Sobrecarga por actividad física intensa sin preparación.
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Infecciones o problemas articulares como la artritis.
🔍 Síntomas que no debes ignorar
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Hinchazón visible en la rodilla.
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Dolor al moverla o incluso al estar en reposo.
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Sensación de calor o enrojecimiento.
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Dificultad para doblar o estirar la pierna.
🤝 Cómo cuidarte (y prevenir recaídas)
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Descansa y eleva la rodilla: dale tiempo a la inflamación para bajar.
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Hielo 15-20 min varias veces al día para desinflamar.
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Protección en el trabajo o deporte: usa rodilleras si tu actividad lo exige.
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Fortalece los músculos alrededor de la rodilla para darle más soporte.
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Evita permanecer largos períodos arrodillado o sentado con las piernas dobladas.
🚨 Busca atención médica si…
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El dolor es intenso o repentino.
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La rodilla está muy caliente, roja y la fiebre acompaña.
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La inflamación no mejora en unos días.
💬 Mensaje final:
La bursitis de rodilla no es solo “un dolor pasajero”. Escuchar a tu cuerpo y actuar a tiempo puede ahorrarte meses de molestias.Recuerda: tu rodilla es tu compañera de vida… cuídala hoy para que te lleve lejos mañana.
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