La rodilla es una maravilla de la ingeniería del cuerpo humano. Nos sostiene, nos permite caminar, correr, agacharnos… y aunque parece fuerte, también tiene piezas delicadas que merecen atención.
Una de ellas es la bursa, una pequeña bolsa llena de líquido que actúa como un cojín para reducir la fricción entre huesos, tendones y músculos.
Cuando esta bursa se inflama, aparece la bursitis de rodilla —y créeme, esa pequeña bolsa puede hacerte sentir que tu rodilla pesa una tonelada.