martes, 12 de agosto de 2025

Cálculos en la vejiga: cuando tu cuerpo te pide atención

 Los cálculos en la vejiga —también llamados litiasis vesical— son pequeños (o no tan pequeños) depósitos duros que se forman cuando la orina se concentra demasiado y los minerales se cristalizan.

Aunque pueden sonar como algo raro, son más comunes de lo que parece, especialmente en personas con problemas para vaciar la vejiga por completo.

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¿Por qué se forman?

Imagina que la vejiga es como un lago. Si el agua se estanca y se evapora, las sales y minerales que flotaban se concentran y empiezan a acumularse en el fondo.
Eso mismo pasa cuando:

  • Hay obstrucciones en el flujo de orina (por agrandamiento de la próstata, estrechez uretral o cálculos previos).

  • Existen infecciones urinarias repetidas.

  • Se tiene una vejiga neurogénica (por lesiones nerviosas).

  • No se bebe suficiente agua.



Síntomas que no debes ignorar

Los cálculos en la vejiga pueden ser silenciosos al inicio, pero suelen dar señales como:

  • Dolor o ardor al orinar.

  • Necesidad frecuente de ir al baño, pero con poca orina.

  • Interrupción o goteo en el flujo de orina.

  • Sangre en la orina (hematuria).

  • Dolor en la parte baja del abdomen.

💡 Dato importante: Si el dolor aparece al final de la micción, puede ser una pista clave para que el médico piense en un cálculo vesical.

¿Qué pasa si no se tratan?

Un cálculo no desaparece con “esperar a ver qué pasa”. Si se ignora, puede:

  • Aumentar de tamaño.

  • Causar infecciones repetidas.

  • Dañar la vejiga o los riñones.

Diagnóstico y tratamiento

El médico puede usar ecografía, rayos X o cistoscopia para detectarlos.
Según el tamaño y número, el tratamiento puede incluir:

  • Litotricia: romper el cálculo en fragmentos pequeños para eliminarlos.

  • Cistolitolapaxia: extracción directa por vía endoscópica.

  • Cirugía abierta: en casos de cálculos grandes o múltiples.

Y, por supuesto, tratar la causa de fondo para que no vuelvan.

Prevención: pequeños hábitos, gran diferencia

  • Hidrátate: beber suficiente agua ayuda a diluir la orina.

  • Atiende las infecciones urinarias a tiempo.

  • Haz revisiones médicas si tienes problemas para orinar.

  • Mantén una dieta equilibrada según tu caso y recomendación médica.

En resumen:

Los cálculos en la vejiga no son solo “una piedra más en el camino”, son una señal de que algo no está funcionando bien en tu sistema urinario. Escuchar a tu cuerpo, buscar atención médica temprana y adoptar hábitos saludables puede ahorrarte dolor, complicaciones… y una que otra visita de urgencia.

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