Cuando escuchamos palabras como "aneurisma" o "aórtico", es normal que sintamos una mezcla de confusión y temor. Son términos médicos que suenan lejanos, fríos. Pero detrás de cada diagnóstico hay personas, historias, familias. Y también hay información que puede marcar la diferencia entre la incertidumbre y la acción informada.
Hoy quiero hablarte del aneurisma aórtico abdominal (AAA) de una forma cercana, clara y humana. No con tecnicismos, sino con empatía. Porque entender qué es, cómo se detecta y qué se puede hacer, puede literalmente salvar vidas.
¿Qué es un aneurisma aórtico abdominal?
Imagina que la aorta —la arteria más grande del cuerpo— es una manguera que transporta sangre desde tu corazón hacia el resto del cuerpo. A veces, esa “manguera” se debilita en una parte de su trayecto, especialmente en el abdomen. Ese punto débil puede comenzar a ensancharse, como si fuera un globo que se infla. Eso es un aneurisma.
Y aunque muchos de estos aneurismas crecen lentamente y no causan síntomas, el verdadero peligro es que pueden romperse. Y cuando eso ocurre, las consecuencias son graves, incluso fatales.
¿A quién afecta y por qué?
No se trata de un padecimiento raro. Afecta principalmente a hombres mayores de 65 años, sobre todo si tienen antecedentes de tabaquismo, hipertensión o colesterol alto. Pero también puede aparecer en mujeres o personas sin factores de riesgo evidentes.
A veces, la genética también juega su papel. Si tu padre, madre o abuelos tuvieron un aneurisma, deberías hablarlo con tu médico.
¿Cómo se detecta? (Spoiler: muchas veces no da señales)
Y aquí viene uno de los puntos más importantes: el aneurisma aórtico abdominal suele ser silencioso. Es decir, muchas personas no presentan síntomas hasta que el aneurisma es grande… o se rompe.
Por eso es clave hacerse chequeos preventivos. Una ecografía abdominal —un estudio rápido, no invasivo y sin dolor— puede detectarlo fácilmente.
Si tienes más de 65 años, especialmente si fumaste o tienes presión alta, pide a tu médico una ecografía de rutina. No esperes a tener síntomas.
¿Qué pasa si lo detectan a tiempo?
Detectarlo no significa que todo está perdido. Al contrario: cuando se detecta a tiempo, el tratamiento puede ser muy eficaz.
Dependiendo del tamaño y crecimiento del aneurisma, los médicos pueden optar por:
-
Control periódico: con estudios cada 6 o 12 meses.
-
Cambios en el estilo de vida: dejar de fumar, controlar la presión, comer mejor.
-
Cirugía preventiva: si el aneurisma es grande o crece rápidamente.
Las cirugías han avanzado mucho. Hoy existen técnicas mínimamente invasivas que reducen el riesgo y el tiempo de recuperación.
¿Qué puedes hacer hoy?
-
Habla con tus seres queridos mayores de 60.
-
Pregunta a tu médico si necesitas una ecografía abdominal.
-
Comparte esta información. Tal vez alguien la lea justo a tiempo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario