Quizás nunca hayas oído hablar de él, pero el Blastocystis hominis habita silenciosamente en los intestinos de millones de personas en todo el mundo. Y no, no siempre causa problemas. De hecho, en muchos casos, ni siquiera nos enteramos de que está ahí.
👀 ¿Parásito o habitante inofensivo?
Durante años se pensó que era un parásito agresivo responsable de diarreas, dolor abdominal, gases y otros síntomas digestivos. Pero los estudios recientes están revelando una verdad más compleja: en muchas personas, el Blastocystis convive sin causar daño. Incluso podría formar parte de una microbiota intestinal equilibrada.
Entonces…
🔍 ¿Cuándo es un problema?
Cuando se presentan síntomas persistentes, especialmente si hay otros factores como desequilibrios en la microbiota, enfermedades intestinales previas o un sistema inmune debilitado.
✅ ¿Cómo saber si lo tienes?
Una simple prueba de heces puede detectarlo, pero cuidado: su presencia no siempre justifica tratamiento. Muchos médicos hoy priorizan una mirada integral del paciente antes de iniciar medicamentos antiparasitarios.
💡 Lo que puedes hacer:
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🥦 Cuida tu microbiota intestinal: una dieta rica en fibra, baja en ultraprocesados y con probióticos naturales (como el kéfir o el chucrut) puede marcar la diferencia.
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🧘♀️ Reduce el estrés: el intestino y el cerebro están conectados. El estrés puede empeorar síntomas digestivos.
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💧 Higiene, pero sin obsesión: lavarse bien las manos y los alimentos es importante, pero no vivas con miedo a los microorganismos. Muchos son aliados.
🧠 Lo más importante:
Blastocystis hominis nos recuerda que no todo lo que vive dentro de nosotros es enemigo. En vez de luchar contra cada microbio, tal vez deberíamos preguntarnos primero: ¿qué mensaje me está dando mi cuerpo?
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