La angina no es una enfermedad en sí, sino una señal de alerta. Es el idioma que usa el corazón para decirte: “no me está llegando suficiente oxígeno”.
Suele sentirse como:
-
Dolor o presión en el pecho (a veces se irradia al brazo izquierdo, cuello o mandíbula)
-
Aparece con el esfuerzo físico o el estrés emocional
-
Y mejora al descansar o con medicamentos