De la misma forma que creer a ciegas lo que nos dice la publicidad no nos parece una buena idea, sobre todo teniendo en cuenta que ni anuncios ni fabricantes son imparciales en la información que ofrecen, repetir a ciegas todos los argumentos que se ponen de moda tampoco nos parece muy adecuado. Este es el caso de la leche de vaca, que en los últimos años ha sufrido un repentino desprestigio, en algunos casos por razones más que convincentes y en otros casos utilizando argumentos que no lo son tanto.