Los ácidos grasos omega 3 y omega 6 son componentes importantes de las membranas de las células y los precursores de muchas otras sustancias del organismo, como las que regulan la presión arterial y la respuesta inflamatoria. Cada vez hay más pruebas que indican que los ácidos grasos omega 3 nos protegen de las enfermedades cardíacas y también se conoce su efecto antiinflamatorio, importante para estas enfermedades y muchas otras. También hay un interés creciente en el papel que pueden desempeñar los ácidos grasos omega 3 en la prevención de la diabetes y ciertos tipos de cáncer.