Imagina que cada mañana despiertas y el mundo luce más borroso. Los colores se apagan, las luces te encandilan, y leer o reconocer rostros empieza a ser un reto.
Eso es lo que viven millones de personas con cataratas, una condición en la que el cristalino del ojo —la lente natural que enfoca la vista— se vuelve opaco con el tiempo.
