¿Te ha pasado que al correr o hacer ejercicio sientes una presión en el pecho, te falta el aire o empiezas a toser sin parar? Tal vez piensas: "solo estoy fuera de forma", pero puede que sea algo más: asma inducida por el ejercicio.
💡 ¿Qué es?
Es una forma de asma que se manifiesta principalmente durante o después del ejercicio. No necesitas tener asma diagnosticada para sufrirlo. El aire frío o seco, y el esfuerzo físico intenso pueden desencadenar este tipo de crisis en personas aparentemente sanas.
🤔 ¿Cómo se siente?
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Dificultad para respirar al hacer esfuerzo
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Tos persistente, especialmente después del ejercicio
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Silbidos al respirar (sibilancias)
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Sensación de opresión en el pecho
No es flojera. No es debilidad. Es tu cuerpo pidiendo ayuda.
❤️ Lo que nadie te dice:
🏃♀️ "Pero me encanta correr... ¿ahora qué hago?"
Buena noticia: no tienes que dejar de moverte. Muchas personas con esta condición —incluyendo atletas olímpicos— entrenan y compiten al más alto nivel. La clave está en identificarlo y tratarlo bien.
✅ ¿Qué puedes hacer?
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Consulta a un especialista. Un neumólogo o alergólogo puede diagnosticarte correctamente.
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Prepara tus pulmones: Calienta antes de ejercitarte y estira bien al finalizar.
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Evita el aire frío o seco, o usa una bufanda delgada para respirar si estás al aire libre.
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Medicación preventiva: Hay inhaladores de rescate y de control que pueden ayudarte. No temas usarlos; son una herramienta, no una debilidad.
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No lo ignores. Respirar no debería doler.
✨ Recuerda:
Vivir con asma inducida por el ejercicio no significa renunciar al movimiento, sino aprender a moverse de forma inteligente. No estás solo/a. Hablar de esto es el primer paso para entenderlo… y respirar mejor.
Respira hondo. Vas bien. 🌬️💪
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