El cáncer de mama inflamatorio es poco común, pero suele avanzar con rapidez. A diferencia de otros tipos de cáncer de mama, no siempre se presenta con un bulto palpable. Muchas veces inicia con enrojecimiento, hinchazón, calor en la piel y cambios en la textura que pueden confundirse con una infección.
Más allá de los síntomas físicos, este diagnóstico genera un impacto profundo en la vida emocional de quien lo atraviesa. La incertidumbre, el miedo y la presión de tomar decisiones rápidas son parte del camino. Por eso, el acompañamiento cercano es tan valioso como el tratamiento médico.




