El cáncer de la vesícula biliar es poco común, pero cuando aparece suele ser silencioso en sus primeras etapas. Muchas veces los síntomas se confunden con problemas digestivos habituales como dolor abdominal, indigestión o náuseas. Por eso, detectar este cáncer a tiempo es un gran reto.
Lo importante es recordar que nadie está solo en este camino. Las personas diagnosticadas no solo enfrentan una enfermedad, sino también miedo, incertidumbre y la necesidad de apoyo emocional. Aquí, la empatía de familiares, amigos y médicos se vuelve tan vital como los tratamientos.
