Cuando se nombra la Atrofia Multisistémica (AMS), muchas veces lo que sigue es incertidumbre, confusión o miedo. Es una enfermedad neurodegenerativa rara, progresiva, y aún sin cura. Pero más allá del nombre técnico y los síntomas médicos, hay algo que nunca debemos olvidar: cada caso es una historia humana, única, valiente, llena de emociones, desafíos y resiliencia.