A veces, el cuerpo habla bajito. No grita, no duele, no se queja... solo envía señales sutiles. Así es el caso de muchos aneurismas, en especial los que se forman en la arteria poplítea, justo detrás de la rodilla.
Pero, ¿qué es un aneurisma de la arteria poplítea?
Imagina una manguera de jardín. Si en una parte se debilita y se infla, como un pequeño globo, eso es un aneurisma. En nuestro cuerpo, cuando eso ocurre en una arteria —y en este caso, en la que está justo detrás de la rodilla—, puede ser peligroso.