El cáncer de cabeza y cuello no solo afecta a órganos visibles o funciones como hablar, masticar o tragar. También toca de lleno la identidad, la autoestima y la forma en la que una persona se relaciona con el mundo. La voz, la sonrisa y la expresión facial son parte de nuestra esencia, por eso un diagnóstico en esta área puede generar miedo, incertidumbre y sentimientos de aislamiento.
