El síndrome mielodisplásico (SMD) es un grupo de trastornos que afectan a la médula ósea, el lugar donde se producen las células sanguíneas. Este síndrome provoca que la médula ósea no funcione correctamente, produciendo células sanguíneas inmaduras y defectuosas. Para quienes lo padecen, esto significa que su sangre no puede cumplir eficazmente con funciones vitales, como transportar oxígeno, combatir infecciones o detener hemorragias. Aunque a menudo se asocia con personas mayores, el SMD puede afectar a cualquier persona, y su impacto en la vida diaria puede ser significativo.