Los trastornos del crecimiento pueden ser una experiencia desafiante tanto para quienes los padecen como para sus familias. Crecer es una parte fundamental del desarrollo humano, y cuando ese proceso no ocurre de manera regular, surgen preocupaciones, dudas y, a veces, angustias emocionales. Humanizar el tema es esencial para entender el impacto que tiene en la vida de los niños, adolescentes y sus familias, así como en su autoestima y bienestar general.