A veces, nuestro cuerpo nos habla en un idioma que no siempre entendemos. Un Accidente Isquémico Transitorio (AIT) es una de esas señales: un grito de alerta que nos avisa que algo no está bien con nuestra salud. Si eres emprendedor o llevas una vida acelerada, entender este tema puede marcar la diferencia entre actuar a tiempo o ignorar lo urgente.