¿Te cuesta conciliar el sueño antes de medianoche aunque estés agotado/a? ¿Sientes que tu mejor momento para ser productivo es cuando el mundo duerme? Si esto te suena familiar, podrías estar experimentando el trastorno de fase del sueño retrasado . No estás solo/a, y no estás “fallando”; simplemente tu reloj interno funciona de manera diferente.
¿Qué es la fase del sueño retrasada?
Es un trastorno del ritmo circadiano, lo que significa que el "reloj biológico" que regula tus ciclos de sueño y vigilia está desfasado. En lugar de dormir y despertar en horarios “normales”, tu cuerpo quiere dormirse mucho más tarde (a veces después de las 2 o 3 am) y despertar más tarde también.
Esto no es lo mismo que ser “un ave nocturna” por elección; las personas con este trastorno no pueden ajustar fácilmente sus horarios, aunque lo intenten.
¿Cuál es la causa?
La fase del sueño retrasada no es pereza ni falta de disciplina, sino un problema biológico influenciado por:
- Genética : Algunos nacemos con relojes internos más lentos.
- Luz artificial : El uso excesivo de pantallas por la noche puede empeorar el problema.
- Estilo de vida : Horarios irregulares, como trabajar de noche o estudiar tarde, pueden reforzar el desajuste.
¿Cómo impacta en tu vida?
Vivir con este trastorno puede ser agotador, porque tu horario natural no siempre coincide con las exigencias del mundo. Esto puede llevar a:
- Dificultad para cumplir compromisos matutinos (trabajo, escuela, etc.).
- Falta de sueño acumulativo que afecta la energía y el estado de ánimo.
- Estrés por sentirte “desincronizado” con los demás.
¿Cómo manejar la fase del sueño retrasada?
Aunque no siempre se puede “curar”, hay estrategias para mejorar la calidad de vida:
- Haz ajustes pequeños en tu horario : Retrasa gradualmente tu hora de dormir en intervalos de 15 minutos hasta alcanzar el horario deseado.
- Expónte a la luz solar temprano : Esto ayuda a reprogramar tu reloj interno. Sal al aire libre por la mañana o usa una lámpara de luz natural si es necesario.
- Evita pantallas por la noche : La luz azul de teléfonos y computadoras engaña a tu cerebro, haciéndole pensar que aún es de día.
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